A lo largo de la historia el hombre ha tenido el interés de coleccionar piezas que son agradables para su pupila, entre estas colecciones encontramos: estampillas, monedas, medallas, tarjetas, animales, libros, estatuas, candelabros, discos, pinturas, etc., todas estas piezas tienen algo en común “se van coleccionando desde mucho tiempo atrá s y que debido al tiempo denominamos antigüedades”.
Muchas de estas antigüedades se pueden apreciar con mayor frecuencia en museos, donde, nos sorprendemos por los objetos tan interesantes e increíbles que se ven, al grado que desearíamos llevar una igual a casa. Sin embargo, sólo nos queda conformarnos con una fotografía o póster, pero si la fortuna y el bolsillo están de nuestra parte, hasta una réplica muy parecida a la original.
Existen lugares que aunque no son museos, la riqueza de las piezas que en ellos se encuentran los convierten en algo peculiar, nos referimos al “tianguis de antigüedades de la lagunilla”, ubicado en la Delegación Cuauhtémoc, a unas cuadras del metro Garibaldi.
Muchas de estas antigüedades se pueden apreciar con mayor frecuencia en museos, donde, nos sorprendemos por los objetos tan interesantes e increíbles que se ven, al grado que desearíamos llevar una igual a casa. Sin embargo, sólo nos queda conformarnos con una fotografía o póster, pero si la fortuna y el bolsillo están de nuestra parte, hasta una réplica muy parecida a la original.
Existen lugares que aunque no son museos, la riqueza de las piezas que en ellos se encuentran los convierten en algo peculiar, nos referimos al “tianguis de antigüedades de la lagunilla”, ubicado en la Delegación Cuauhtémoc, a unas cuadras del metro Garibaldi.
Quizá la mayoría de la gente no ha escuchado hablar de este sitio; por la poca información que se encuentra de él. Sin embargo, la sola idea de poder visitar este lugar para adquirir una antigüedad o sólo para dar un paseo y lograr recordar cómo eran las cosas con las que crecieron sus padres, realmente recorrerlo es introducirse en un “museo” con un sinfín de reliquias exhibidas y que además puedes adquirir.
La lagunilla… a través del tiempo
En los alrededores de la ciudad de los Aztecas, rodeada de cinco lagos, se formaba un pequeño cuerpo de agua, conocido como “Lagunilla", no obstante la cuenca comenzó a secarse, hasta que desapareció como los otros lagos y en su lugar se formó un barrio.
Este barrio tuvo calles de casas espléndidas, muchas de ellas aún sobreviven, gracias a que esa parte de la antigua Ciudad de México nunca fue atractiva para la especulación inmobiliaria, también contribuyó la epidemia de cólera de 1833 quien se encargó de que la “Lagunilla” quedara prácticamente vacía, así comerciantes y personas de escasos recursos se apoderaron de las casas, dándole a este barrio una imagen que mucho se parece a la actual.
¿Qué sabes del tianguis de antigüedades?
ue en la década de los ochenta cuando anticuarios de la zona decidieron establecer un tianguis dominical especialmente dedicado a la venta de antigüedades. Así es como las calles González Bocanegra, paseo de la Reforma y Comonfort, de la colonia Morelos, domingo a domingo se convierten en el escenario donde alrededor de 300 co merciantes anticuarios, exhiben piezas con valor no sólo económico, sino histórico.
Los objetos que se encuentran en los puestos de antigüedades, mejor conocidos como “mercados de pulgas”, son joyas que recobran valor por los años que han transcurrido. Muebles, cuadros, vasijas, discos, lámparas, aparatos eléctricos, etc., hacen de este lugar un paseo por la historia, donde personas, en su mayoría adultos, transitan las calles buscando aquellas piezas tan antiguas como con buen semblante.
¿Recuerdas aquel teléfono que para marcar un número tenías que darle toda la vuelta?, ¿Sabes cómo eran las predecesoras de la bicicleta que hoy en día manejas? Pues bien, es en este tianguis donde puedes encontrar reliquias de todo tipo, incluso, las que tal vez son inimaginables.
Algunas de estas piezas han sido exhibidas por más de tres décadas cada vez con mayor valía, sin embargo, los comerciantes anticuarios no son los mismos, ya que van de generación en generación…
Las antigüedades… parte de una vida
Desde pequeño, jugar a comprar y vender piezas antiguas, la situación económica, pero sobre todo la tradición familiar fue lo que llevó, al señor Alejandro González Contreras, de 45 años de edad, a iniciarse como comerciante anticuario. Han sido alrededor de 33 años los que el anticuario ha ejercido la faena de comerciante, no obstante, Alejandro, desde los 8 años ha estado involucrado en esta actividad, lo que ha generado en él un sinfín de experiencias.
Es precisamente ello, la experiencia, lo que ha facilitado al anticuario su labor, ya que el reconocimiento de piezas antiguas auténticas es indispensable para poder mantener y hacer crecer el negocio.
Es así como cada domingo, Alejandro, desde las 5 de la mañana se dispone a montar las reliquias a lo largo de su puesto, para que los transeúntes, aprecien y por qué no adquieran algunas de sus piezas. En el transcurso del día hay personas que se acercan a ofrecerle algún objeto antiguo, sin embargo, el comerciante prefiere comprar en los domicilios para que de esta manera pueda comprobar la legalidad de las piezas, hecho que se convierte en un día de jornada.
Recorriendo casas en busca de tesoros
Siendo las 8:30 de la mañana de un miércoles, Alejandro, se encuentra sentado en su oficina, suena el teléfono y se dispone a contestar. Es una llamada de su amiga, quien le comenta acerca de una señora interesada en vender algunos objetos antiguos.
Una vez anotada la dirección, el anticuario se dirige a la colonia Condesa donde se ubica su próximo punto de negocio. Son aproximadamente las 9:30 am cuando llega al domicilio, lo recibe una señora de alrededor de 75 años, le comienza a mostrar las piezas en venta, entre ellas se encuentran un par de cuadros costumbristas ingleses, polveras, alhajeros, relicarios, objetos de uso personal y floreros de cristal de Gale (con tres capas de cristal tallado) en los que Alejandro mostró mayor interés.
Tras escuchar el precio el anticuario se dispone a liquidar, pues lo considera accesible. Comienza a envolver las piezas argumentando que lo hace con cariño por que estas valen la pena. Una vez que termina le agradece a la señora por conservar los objetos y por darle la oportunidad de hacer negocio, ya que de ello vive.
De regreso a la oficina vuelve a revisar los objetos para saber en qué estado están, de donde provienen y cuando es necesario los limpia, lava o restaura, para poderlos exhibir a la venta.
Los años… su mejor maquillaje
Es domingo, día indicado para mostrar al público lo restaurado durante la semana y a lo que los años se han encargado de darle valor; aquellas piezas que días antes posaban en las casas donde se les guardaba con tanto aprecio, hoy en día han dado a los propietarios una entrada económica, al tianguista una labor para sacarle provecho a la inversión y a ti la oportunidad de adquirir una reliquia de gran valor…
FOTO:YASMIN DUHART MTZ.
ESCRITO:MAYRA SALINAS HERNANDEZ Y JOSE A. PINACHO GONZAGA
Compra o venta de antigüedades
Anticuario: Alejandro González Contreras
Fco. González Bocanegra nº 57 entre Comonfort y Reforma
Tel: 55-19-72-27-34
Mail: la_alcancia_mexicana@hotmail.com
Anticuario: Alejandro González Contreras
Fco. González Bocanegra nº 57 entre Comonfort y Reforma
Tel: 55-19-72-27-34
Mail: la_alcancia_mexicana@hotmail.com
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