miércoles, 16 de junio de 2010

Casa de la Música Mexicana prisma de encuentros

OBJETIVO


A través de la iniciativa que ha tomado el INJUVE (Instituto de la Juventud del Distrito Federal), de abarcar las historias de nuestra capital defeña, saliendo a las calles a tomar evidencia del transcurrir del tiempo en nuestra caótica ciudad, se crea un espacio para compartir los testimonios de vida de personas que nos cuentan sobre como viven o sobreviven en esta selva de asfalto; la manera de cómo la conciben y de qué manera les ha marcado ser parte de uno de los núcleos más grandes en cuanto diversidad que tiene el país ya que por ser uno de los principales retenedores de diferentes culturas a causa de la migración de personas que llegan a la ciudad de diferentes lados de la Republica, pero que de la misma forma convergen y se van creando las fusiones culturales dentro del mismo espacio urbano.

En memorias de tu ciudad, de manera interdisciplinaria se busca encontrar algunas historias de vida que nos hagan participes y empáticos con la realidad social actual.

La fotografía como instrumento portador de imágenes que pueden retrotraer vivencias del pasado y encaminarlas hacia un presente mejor. Hoy con nostalgia miramos como vamos dejando atrás una huella que nos enseña la forma en que nos hemos construido; huella que nos sirve para dar vuelta atrás y debes en vez mirar el camino recorrido; las historias vividas, que pueden ser recordadas gracias a la lente de la cámara, gracias a la mirada del espectador que día a día nos enseña que recordar es volver a vivir.


JUSTIFICACIÓN

A lo largo de toda la historia de la humanidad han

existido diferentes formas de representación de la

cultura, una de ellas es la música. La música ha sido

y es un elemento de identidad de los pueblos, a través

de la cual se manifiestan estilos de vida, experiencias,

leyendas, anhelos y problemas, entre otros.

La música es una compañía incondicional, que está

presente tanto en momentos de alegría, como de

tristeza; la melodía o la letra de las canciones, según

el estado de ánimo, puede retratar experiencias personales.

La música también es un puente de enlace

y de comunicación entre personas de diversas nacionalidades

y un elemento de arraigo al terruño, identidad

de lo que consideramos como nuestro y reconocimiento

del espacio en donde nacimos y vivimos.





La Casa de la Música Mexicana S.C en un trabajo loable desde hace 21 años se dedica a transmitir de manera extraordinaria algunos bosquejos de nuestra muy amplia tradición mexicana en cuestión musical. El maestro Daniel García Blanco (D.P), arreglista que hizo significativos aportes a la difusión de la música tradicional mexicana, fue la pieza clave para la apertura de este espacio músical enclavado en las antiguas tierras de lo que fue alguna vez el Tlatelolco prehispánico, donde los hijos de los gobernantes taltelolcas recibían instrucción en ciertos oficios y aprendían música.

Hoy la Casa de la Música Mexicana ubicada en el antiguo lago Tlatelolca, se transforma de lo que alguna vez fue una fabrica de telas francesas en 1840, hasta su cierre que permaneció por varios años olvidada hasta que la iniciativa de un emprendedor como el Maestro Daniel García Blanco quien tuvo la inquietud de hacer un espacio donde tanto los jovenes como adultos aprendieran acerca de sus tradiciones musicales que abarcan todo el país pero que sin embargo, a veces por el contexto globalizado en el que nos encontramos no damos cuenta de la amplia amalgama de saberes y conocimientos que los distintos pueblos tienen para contarnos.

En 1990 inicia la travesía por este proyecto que busca el fortalecimiento de la identidad nacional, despues del cierre de la fabrica de telas el lugar quedo olvidado por algún tiempo hasta el gobierno del D,F se apropia las instalaciones de la fabrica para encausarlo, hacia las manos de algunos interesados en retomar el espacio y convertirlo hacia un proyecto que busca incluir a gran parte de la sociedad mexicana; niños, jovenes, adultos y personas de la tercera edad acuden al sitio ubicado en la calle Francisco Gonzales Bocanegra en la delegación Cuauhtémoc a aprender música y ser participes de la interculturalidad que se encuentra en la CMM, ya que las personas que acuden a ella provienen de distintas partes de la República Mexicana así, pues podemos encontrar, personas que saben el buen cantar de los diferentes sones de Veracruz y que dan cuenta de la diversidad cultural que encierra cada estudiente de la CMM.Durante este recorrido que haremos dentro de la Casa de Música Mexicana conoceremos las maneras y formas de como cada alumno se apropia de la música, la interioriza, la canta y toca y la promueve de manera conciente o inconciente en diferentes puntos de su urbe que la recibe con gusto de saber que no todas las expresiones culturales

que se llegan a producir dentro de nuestro entorno estan permeadas de un contenido vacío y que no camina hacia ningún lado; La Casa de la Música Mexicana propone un semillero de conocimientos y saberes que trascienden y permanecen a comparación de otros lugares en donde también se lleva acabo la práctica musical sin embargo, son propuestas que olvidan el verdadero motivo de hacer música y quedan estériles


LA HISTORIA DE LA CASA DE LA MÚSICA MEXICANA

El recorrido acerca del espacio y inmueble que hoy ocupa la Casa de la Música Mexicana ubicada en la calle Francisco González Bocanegra #76 en la delegación Cuauhtémoc, es extenso pero prolífico; primero el lugar tienen antecedentes prehispánicos que nos llevan al barrio o mejor dicho “calpulli” que significa a la orilla del bordo: en este sitio estaba Atenantitech, uno de los 19 barrios de la ciudad de Tlatelolco, fundada allá por el 1337 por un grupo de Mexicas que se separaron de Tenochtitlán. Justamente allí es donde Cuauhtémoc el último tlatoani dirigió los últimos esbozos de lucha contra los invasores españoles, cabe mencionar que el barrio estaba habitado por la gente de nobleza de Tlatelolco.
Durante el virreinato, el paisaje se transformo notablemente sin embargo, algo de lo que alguna vez ocupó el México prehispánico continuo inamovible y este fue el nombre con que se le conocía al todavía celebre barrio de Atenantitech, que en 1977 se convirtió en Parroquia.
En la segunda mitad del siglo XIX, con la llegada de la industrialización en México la zona se permeó de construcciones de fábricas de todo tipo provenientes de los dueños extranjeros que radicaban en el país. Es así como el terreno se convierte en una fundidora de metal llamada “Talleres del Coro” donde se producían ruedas y armazones para carretas que eran utilizadas como el medio de transporte ideal de la época.
Enseguida durante la fecha de 1929 este barrio albergó lo que fue la fábrica de hilados y textiles “Mexican Silks Mill Co.” Que años más tarde se declaro en quiebra y la fábrica pasó a manos de los trabajadores que tiempo después la cerraron en 1987 definitivamente.
El edificio durante el terremoto del 86 sufrió graves daños, por ello el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), procedió a rescatarlo en 1988, durante la restauración del inmueble se encontraron ornamentos y vestigios de lo que fuera la cultura que antes habitó Tlatelolco, gracias a lo cual se decidió abrir dentro del lugar un museo de un sitio base de asentamiento donde se encontró una zona de inhumación con 56 entierros, así como collares, alfarería y algunas herramientas de uso domestico. Tiempo después parte de la casa fue dada gracias a los esfuerzos de una asociación civil naciente que la quería para poner en marcha el proyecto de lo que hoy es la Casa de la Música Mexicana.

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PROYECTO DE UNA ESCUELA DE MÚSICA TRADICIONAL

La Casa de la Música Mexicana surge en 1990, a causa de la necesidad de crear un espacio donde la creación y la enseñanza de la música pudieran darse de una forma nueva y diferente a las demás instituciones de enseñanza musical. El proyecto de instalar una casa de estudios musicales sobre la línea de la música tradicional mexicana la tuvo el ingenio y perseverancia del Mtro. Daniel García Blanco, pianista y arreglista; además de ser un marimbista de tradición que junto con el apoyo del gobierno fue en los años noventa que se adjudico las instalaciones de lo que fuera la antigua fábrica de textiles para darle una nueva historia a la vieja construcción y convertirla en lo que sería la primera escuela de música dirigida al aprendizaje de la música popular.
El Mtro. Daniel Blanco (1929-2008), originario de Tuxtla Gutiérrez, fue quien hizo significativos aportes a la enseñanza de la música, investigación y su difusión, trabajó todo el tiempo por rescatar la música tradicional. Dentro de su carrera musical formo parte del Ballet Folclórico del Instituto Mexicano del Seguro Social; fue coordinador de Marimba de la Orquesta dirigida por Blas Galindo y profesor del Conservatorio Nacional de Música.
Como arreglista trabajó con personalidades como Eugenia León, Tehua, Oscar Chávez, el trío los Morales, Amparo Ochoa quienes interpretaron innumerables arreglos que éste hizo para ellos. Arreglos que todavía sobreviven gracias a la difusión que tienen dentro de la CMM por los maestros y alumnos que siguen interpretando esas viejas canciones.
La CMM se caracteriza por tener como discurso principal sobre su enseñanza musical que nunca es tarde para aprender, la edad para poder ingresar a la escuela no impide que tanto niños de 8 años así como gente adulta se inscriba a aprender; además el costo de inscripción que ofrece la CMM es muy bajo a comparación de otras instituciones de música sin embargo, no cuenta con validez oficial.
Una de las propuestas que tiene la Casa es ser incluyente en todos sus aspectos ya que en el aprendizaje busca hacerlo de una manera sencilla para lograrlo cuenta con un manual donde se vierten los conocimientos básicos que el alumnado debe conocer para enfrentarse a lo que es la práctica musical en situaciones reales.


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En una labor fascinante la casa de la música mexicana logra preservar la cultura musical tradicional que nos ha sido lentamente arrebatada por el crecimiento y acaparamiento de las músicas sin contenido ni propuesta de la cual somos parte dentro de la ciudad. Poco se sabe ya de la música tradicional, si algún extranjero nos llegará a preguntar ¿cuál es nuestra música? Ni tardos responderemos que la del mariachi lo que es un error, hasta cierto punto, permítanme explicarles que el mariachi es sólo una parte del abarrotado conjunto de músicas que inundan a lo largo y ancho del territorio mexicano para prueba basta dar un recorrido por los Sones de Veracruz, Michoacán, Hidalgo o que decir de la huasteca en el mismo Hidalgo, San Luis Potosí, Puebla por nombrar algunos. Nuestra música es diversa por ,o tanto hay que recordar que no todo se reduce al mariachi aún que claro está que el mismo tenga tanta popularidad debido a la exacerbada nacionalización del país durante los cuarenta en donde se popularizo y masifico globalmente al mariachi como algo único y que remitía inmediatamente a la música mexicana.



LOS TALLERES

En la CMM se imparten diversos talleres de los instrumentos que más tienen que ver con la música mexicana y algunos que sirven como complementos a esta. Así podemos encontrar el taller de Marimba, Jaranas, Violín huasteco, Arpa jarocha, Mariachi, Percusión, Instrumentos de metal y el ensamble de canto que nos interpreta el amplio repertorio musical con el que contamos los mexicanos.
Los talleres se imparten dos días por semana teniendo espacio para la materia de solfeo que es básico para cualquier ejecutante de música. Los alumnos aprender no solo de la teoría sino que también de la práctica al realizarse por lo menos anualmente tres festivales dentro de los cuales los alumnos demuestran sus avances y destrezas con el instrumento dejando a un público conocedor y no tanto de las maravillas de la música tradicional mexicanana con un buen sabor de boca.

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EL MARIACHIFETS! en la cASA DE LA mùsica Mexicana

Je, je así es mis queridos y bien educados lectoresssssssss! que esta vez hacen el favor de seguir esta humilde pero bien vestida redacción.

Pues, permítanme contarles que durante el mes de junio la Casa de la Música Mexicana anduvo de fiesta y ajetreo por los exámenes finales que cada una de los talleres como batería, violín, percusión, mariachi, arpa, jaranas y muchos instrumentos más que son utilizados para interpretar los diferentes géneros de la música mexicana.

Durante el transcurso de las semanas de julio cada uno de los alumnos de la CMM demostró que no sólo el talento, es suficiente para la ejecución de algún instrumento ya sea de cuerdas, aliento o de percusión, sino que el esfuerzo y la dedicación que cada uno le pone a su instrumento hace que los músicos puedan crear a manera de armonía, melodía y mucho entusiasmo los productos musicales de gran calidad que se logran con la disciplina.

Esto forma parte del inicio de las narraciones sobre algunos talleres de la CCM que les quiero dar a conocer; para este fin la mejor forma es la fotografía describirlos poco a poco, es por ello que quiero dar inicio con una pequeña foto tomada justo en lo que yo bauticé
el mariachifets, festival donde se dieron cita ALGUNOS RENOMBRADOS (y unos no tanto), artistas del mundo mariachero, los cuales ofrecieron una breve conferencia acerca de las raíces y evolución del mariachi antiguo al contemporáneo, cuestión que abordaré con más detalle en otro escrito, porque ahora ya me cierran el internet y la cuenta corre y corre.

Mientras hay pa´ deleite visual hay les dejo una foto bien tequilera de una nena mariachi
que canta como las mismísimas reinas de Garibaldi, ja !

Bueno exagere un poco lo que sí es neta es que esta muchachita a su corta edad ya le mete duro a la cantada y es una de las promesas dentro de la voces de la canción ranchera y vernácula; hay si pueden darse una chanza busquen su myspace su nombre es ALEJANDRA FRAGOSO chulada de mujer!!

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